País en que los
deshechos
son amados todavía,
es la comarca sombría
donde la luz se perdona,
porque allí van las personas
del sueño a la poesia.
Silvio Rodríguez.
A los siete años, mudo, casi sordo y medio ciego, con el cuerpo desajustado y deforme por el síndrome de Treacher Collins-Franceschetti, vapuleado por las burlas y los abusos constantes, fue obligado a dejar la escuela, a convertirse en pastor, en la soledad insondable del campo y de su destino.
Pierre Avezard nació en Fay-aux-Loges, en el departamento de Loiret, Francia, en el año 1909. Semi-analfabeto, apartado de la sociedad, comienza, a los veintiocho años de edad, la obra a la que se dedicará por más de cuatro décadas. Recolecta todo lo inservible que encuentra: rastrojos, deshechos, objetos rotos, trozos de madera, de latón, de hierro, plástico, goma, lo feo, lo echado a un lado, lo que se olvida; la basura que en sus manos se convertirán en juguetes y tomará fantásticas formas en movimiento.
Alrededor de una precaria choza ubicada en la finca Coinche, aislado de todos, perdido en los campos en los que pastorea a sus rebaños, va levantando, sin ningún conocimiento de ingeniería (o con un conocimiento innato, instintivo), con un viejo motor, poleas y cables, un mundo infantil donde las figuras se mueven, bailan, brincan, corren, disparan chorros de agua, donde todo parece cobrar vida, y la imaginación se desborda, asombra, y conmueve: El Carrusel de Petit Pierre.
Doscientos cincuenta metros cuadrados de todo tipo de materiales, en formas de aviones, helicópteros, autos que ruedan por carreteras, camiones, tractores, bulldozers, tranvías, trenes, barcos, parejas que bailan, relojes enloquecidos, animales que corren o pastan, túneles, herramientas, casas que abren y cierran sus puertas, árboles, flores: su mundo particular de sonidos y de movimiento, de belleza y de soledad.
El cineasta francés Emmanuel Clot, antiguo colaborador de Françoise Truffaut, se sintió impactado (cuenta en una entrevista) al ver semejante andamiaje de metales en movimiento, creado por las manos de un hombre con un sinnúmero de limitaciones físicas. Filmó un documental de solo siete minutos llamado Petit Pierre, con el que obtuvo el premio Cesar de 1980.
Pierre, con más de ochenta años, es ingresado con hemiplejia. Los domingos, mientras se lo permitió el cuerpo, dejaba el hospital para ir a poner en marcha su carrusel.
Muere en 1992 a los ochenta y tres años. Su obra queda abandonada, olvidada. Los vándalos, la propia naturaleza y el tiempo, hacen estragos hasta que es desmontada y trasladada, pieza por pieza, al Musée La Fabuloserie, en Dicy, Borgoña.
El personaje principal de Micmacs, película dirigida por Jean-Pierre Jeunet, del 2009, interpretado por el actor Michel Cremades, es inspirado en Petit Pierre.
En el 2001, Suzanne Lebean, dramaturga de nacionalidad canadiense escribió una obra, un homenaje póstumo, titulada: El fabuloso carrusel de Petit Pierre.
Para ver el video:
http://www.youtube.com/watch?v=Hf3IlwJnNGY
son amados todavía,
es la comarca sombría
donde la luz se perdona,
porque allí van las personas
del sueño a la poesia.
Silvio Rodríguez.
A los siete años, mudo, casi sordo y medio ciego, con el cuerpo desajustado y deforme por el síndrome de Treacher Collins-Franceschetti, vapuleado por las burlas y los abusos constantes, fue obligado a dejar la escuela, a convertirse en pastor, en la soledad insondable del campo y de su destino.
Pierre Avezard nació en Fay-aux-Loges, en el departamento de Loiret, Francia, en el año 1909. Semi-analfabeto, apartado de la sociedad, comienza, a los veintiocho años de edad, la obra a la que se dedicará por más de cuatro décadas. Recolecta todo lo inservible que encuentra: rastrojos, deshechos, objetos rotos, trozos de madera, de latón, de hierro, plástico, goma, lo feo, lo echado a un lado, lo que se olvida; la basura que en sus manos se convertirán en juguetes y tomará fantásticas formas en movimiento.
Alrededor de una precaria choza ubicada en la finca Coinche, aislado de todos, perdido en los campos en los que pastorea a sus rebaños, va levantando, sin ningún conocimiento de ingeniería (o con un conocimiento innato, instintivo), con un viejo motor, poleas y cables, un mundo infantil donde las figuras se mueven, bailan, brincan, corren, disparan chorros de agua, donde todo parece cobrar vida, y la imaginación se desborda, asombra, y conmueve: El Carrusel de Petit Pierre.
Doscientos cincuenta metros cuadrados de todo tipo de materiales, en formas de aviones, helicópteros, autos que ruedan por carreteras, camiones, tractores, bulldozers, tranvías, trenes, barcos, parejas que bailan, relojes enloquecidos, animales que corren o pastan, túneles, herramientas, casas que abren y cierran sus puertas, árboles, flores: su mundo particular de sonidos y de movimiento, de belleza y de soledad.
El cineasta francés Emmanuel Clot, antiguo colaborador de Françoise Truffaut, se sintió impactado (cuenta en una entrevista) al ver semejante andamiaje de metales en movimiento, creado por las manos de un hombre con un sinnúmero de limitaciones físicas. Filmó un documental de solo siete minutos llamado Petit Pierre, con el que obtuvo el premio Cesar de 1980.
Pierre, con más de ochenta años, es ingresado con hemiplejia. Los domingos, mientras se lo permitió el cuerpo, dejaba el hospital para ir a poner en marcha su carrusel.
Muere en 1992 a los ochenta y tres años. Su obra queda abandonada, olvidada. Los vándalos, la propia naturaleza y el tiempo, hacen estragos hasta que es desmontada y trasladada, pieza por pieza, al Musée La Fabuloserie, en Dicy, Borgoña.
El personaje principal de Micmacs, película dirigida por Jean-Pierre Jeunet, del 2009, interpretado por el actor Michel Cremades, es inspirado en Petit Pierre.
En el 2001, Suzanne Lebean, dramaturga de nacionalidad canadiense escribió una obra, un homenaje póstumo, titulada: El fabuloso carrusel de Petit Pierre.
Para ver el video:
http://www.youtube.com/watch?v=Hf3IlwJnNGY
Una lucha de toda una vida !
ReplyDeleteEmociona el recuerdo
Maffi
Sí, un verdadero tío-vivo, y gigante. Me alegra que su obra te haya inspirado. Un abrazo.
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