Saturday, May 18, 2013

Entrevista



En estos días no me ha dejado de dar vueltas en la cabeza la idea de escribir un post de preguntas y respuestas. Por supuesto, yo mismo formularía ambas, porque esta demás aclarar que a mí nadie me entrevistaría. Hace más o menos  veinte  años, el esposo de Sara  mi suegra, que es periodista de The Miami Herald, me pidió hacerme  una entrevista en conmemoración de un aniversario del  Mariel. Acepte. Esa tarde me llamo una reportera del periódico diciéndome que estaban entrando al barrio acompañada de  su camarógrafo. Entre en pánico. Terror, sudores, discusión con Mariana, hasta que hui por la puerta trasera y no regrese en varias horas.  Deje a mi mujer con la ingrata tarea de recibir y mentirle a la periodista. No puedo todavía imaginar lo que aquella mujer pensaría  de mi. Así fue como perdí mi única oportunidad de salir en un periódico. Ahora hablamos sobre aquel incidente y nos reímos. El tiempo le resta dramatismo a casi todo. Pues bien, volviendo al principio; imagine una serie de preguntas y aunque todas las respondía mentalmente, me parecían demasiadas provocadoras, algunas hirientes a ciertas sensibilidades y además, absurdas. Las preguntas eran ( uno lo reconoce después ) una especie de demostración de mis rabias, de algunas frustraciones y un amasijo de blasfemias ( dichas lindamente, claro, sin olvidar que jugaba al intelectual ) hacia  algunos hechos y personas que todavía logran molestarme. Mientras las formulaba y las iba contestando, las desechaba. Sentía una abulia tan atroz  y era tanta la insignificancia de mi objetivo, que, por suerte para mis lectores  que cada día se multiplican,  no lo voy a escribir (el post del Kamasutra lo han leído 46 veces, restándole dos lecturas mías, 44 posibles lectores han disfrutado o se han desencantado con algo escrito por mí, ¿no parece  increíble?,  aquí debía de escribir jajaja, pero eso es para los text messages). Bueno, tendría que comenzar haciéndome preguntas del por qué quisiera hacer algo así y las respuestas que formulo no me dejan muy bien parado que digamos. ¿A quién le importaría si digo, por ejemplo que me molestan, sobre todas las cosas la estupidez y la maldad humana? O que a esta altura de mi vida puedo dejar un libro a la mitad si su lectura me aburre, aunque sea considerado una gran obra.  ¿O lo que creo del exilio recalcitrante? ¿Alguien pondría el grito en el cielo si cuento  que la Mona Lisa, cuando la vi, con un nudo en la garganta y aguantando los empujones de los japoneses y sus camaritas fotográficas, se quedo en silencio la cabrona  y  no me dijo: mira chico, aquí estoy, ahora orínate en los pantalones, por cuantos años esperaste? Entonces desistí, como  hago con tantas otras cosas. Sera un proyecto más que quedo trunco. Y no pasa na'.


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