Aquel día llegaste
con tu carro viejo y
tus tenis incansables
y comimos carne y un
vino
tú con tus brazaletes
de colores
y tu nariz y tus
dientes
vimos La ley del
deseo
te leí varios capítulos
de mi novela
despues hicimos el amor.
¿Por qué no corriste?
no saliste huyendo,
no pusiste una excusa
no desapareciste.
Porque yo, te lo
confieso
si alguien hoy me
invita
me lee una novela
horrible y pone
una película de Almodóvar:
corro, no miro hacia atrás.
Tú te quedaste
resististe el viento
y otros vientos
te doblaste para no
quebrarte
a veces fue la calma
otras aun peor
quedabas desecha
gritando
hiriéndote
tratando
aferrándote.
Hoy te miro
no te digo nada
solo recuerdo el
viento
solo recuerdo el
miedo
solo recuerdo tus
manos, agarrando.
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