Ya no existe la casa. Solo un recuerdo
herido cuando miras la capilla como apoyándose en las horribles paredes.
Me tope con la foto de repente y no sé que siento. Busco y no se... no
encuentro nada. Aquella casa está en mi memoria, vieja, desvencijada, llena de
olores y de gritos y de golpes y de vida vivida. No está y lo que queda es como
una broma de mal gusto, una continuidad del absurdo. La casa es un espacio que
no encuentra un lugar en el pasado que recuerdo. Los muertos de ella,
tampoco están, ni las paredes, ni las matas, ni los perros. Queda la
ausencia, la indiferencia, el olvido. Queda la casa conmigo.
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