Saturday, December 8, 2012

La madre y su hija



En cada movimiento, o actitud humana, hay una historia detrás. No sé si siempre observe detenidamente a las personas, pero ahora lo hago conscientemente. Se puede evaluar a la gente por sus actitudes. Las más simples hablan. No diría nada nuevo si afirmo que toda persona es diferente,  sin temor a equivocarme, una frase, una mirada, un movimiento del cuerpo, una expresión del rostro, pueden dibujarme a grandes rasgos el mapa de la vida de alguien. Todas las madrugadas, en la estación de tren donde me bajo, también lo hacen dos  personas para mí, peculiares. Son una madre y su  hija. Mujer muy joven, diría unos 24 años y la niña unos 6. Parecen una copia pero de diferentes tiempos. Las veo bajarse del tren y caminar casi corriendo para alcanzar el bus que tiene la parada a dos cuadras de la estación. Tienen una camaradería que se siente. Yo pienso que la madre esta consiente del esfuerzo que será para la pequeña estar de pie a esa hora de la madrugada y suplanta el sacrificio con actitudes hacia la niña que la alegren de alguna manera. Camina a su lado y le hala con cuidado una de las trenzas adornadas con diminutos  anillos de colores; con la cadera se golpean y ríen, a veces dan cortas carreras, se dan nalgadas, etc. Y así van cada día, o noche, porque a esa hora falta bastante para que salga el sol. Entonces, diariamente, cuando miro a esas dos mujeres, automáticamente  vuelo, aterrizo, choco con otros recuerdos que no son nada gratos para mí.   Tengo varias anécdotas, que si las contara todas no habría post que las resista. Pero de eso no voy a hablar aquí. Aunque no puedo evitar las comparaciones, como ya lo dije antes: cada persona es diferente.


2 comments:

  1. Bueno Marco. Me gusta indagar en ese mapa de la vida de los individuos. Me encantan las nalgadas, palabra no utilizada aquí.

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