Saturday, March 8, 2014

La época extraña


Dice Milán Kundera, en su libro de ensayos, que si imaginamos a un compositor contemporáneo que escriba una sonata que se pareciera, en toda su forma, a las de Beethoven, y suponiendo también que esa sonata hubiera sido tan magistralmente compuesta, que si fuera de Beethoven estaría entre sus obras maestras; ese compositor contemporáneo solo recibiría la burla y las felicitaciones por ser un genial imitador.
Creo que leí hace un tiempo, que alguien le preguntó a Picasso si él podría pintar como Velázquez. Respondió que sí, pero que entonces no sería Picasso. Si le preguntaron eso y esa fue su respuesta, o confundo las palabras o el personaje, o fui yo el que imaginó una situación tan irracional, no tiene importancia; solo trato de ilustrar la idea de que el hombre es un producto de su época.
Por supuesto que cada descubrimiento, cada paso que da la humanidad es un adelanto. El hombre que dio con la invención de la rueda, se plantó por delante de los que transportaban las cosas arrastrándolas. Edison veía más claramente en su casa al anochecer que todos los demás mortales del planeta porque creó el bombillo. Se adelantaron a su tiempo, dieron un paso adelante.
Pero, y esta es una idea simplona mía: aún esos hombres que crean, que investigan y logran los avances en los que estamos envueltos, son el producto de su tiempo. No pueden desligarse del entorno en el que vivieron o viven.
Ninguno de ellos, ni los artistas, los escritores, los pintores, escultores, científicos, pueden desprenderse de la cultura ambiental, del sistema político, de la influencia de la escuela, de la madre, del país donde nacieron, de la religión, de la lengua, de la historia, de su época.
Todo lo que he dicho hasta ahora no es más que el resultado de las  influencias de lo que estoy leyendo. Dos escritores completamente antagónicos. Cuando me apetece, leo algo de uno y después, más relajado, del otro. Kundera y Casciari.
De Hernán Casciari tengo un libro que descargué en mi ebook, que él mismo colgó en la red para el que lo quisiera leer (un producto de esta época) y quiero, de esta novela  "El pibe que arruinaba las fotos", contar, a mi manera y muy superficialmente, una anécdota que magistralmente escribió:
Cuenta que cuando incursionaba en el periodismo local, logró una entrevista con el escritor Juan Filloy, que vivía en Córdoba y que ese mismo día cumplía cien años. Filloy ya había escrito cincuenta y dos novelas, que publicaba en ediciones de autor (solo para los amigos), con títulos que solo contenían siete letras.
Casciari le pregunta al escritor que si era verdad que Borges y él se odiaban. Sin dudarlo un segundo, Filloy comenzó a narrar la misma historia que contaba a todos lo que querían escucharla y que le producía mucho placer:
Cuando era muy joven, le envió a Borges su novela titulada Estafen. Se la dedicó al maestro con unas simples palabras "Con afecto, Juan Filloy".
No le gustaba salir de Córdoba, pero pasado algunos años, tuvo que viajar a Buenos Aires (ciudad que detestaba) por algunos asuntos personales. No pudo resistirse a visitar las librerías de Corrientes, mejor surtidas que las de su pueblo,  y allí, entre libros viejos, encontró su novela Estafen.
Extrañado tomó en sus manos la novela y cuando abrió la primera página descubrió que era la misma que le había regalado a Borges hacía ya tanto tiempo. Compró el libro y debajo de la primera dedicatoria escribió: "Con renovado afecto, Juan Filloy", y se lo volvió a enviar.
Me gustó mucho esta anécdota, que tiene todos los ingredientes de ser irreal. Corrí a Google y busqué sobre Juan Filloy.  Leí frases de él que ya conocía e ignoraba quién las había escrito, miré sus fotos de viejo inteligente, mordaz,  supe de todas sus novelas que aún no he leído, que ha sido, después de Petrarca, el hombre que más sonetos escribió.
Me sumergí en el universo que me mostró un escritor llamado Hernán Casciari, que a su vez, me regaló una novela sin saber nada de mí, sin conocerme. Y cuento todo esto porque esta es mi época, donde la literatura corre y se transmite por bytes en milésimas de segundos, y de la misma forma se comparte. El instante único en el que vivo.
"Les tocó en suerte una época extraña", diría Borges.

2 comments:

  1. Como en todas las cosas que escribes, en esta naración logras despertar el interés y llevar al lector de la mano hasta el final.
    Armando

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