Sunday, November 25, 2012

Sin agua



En Jerusalén, el Santo Sepulcro padece de sequia. La compañía Hagihon, que administra el agua de la ciudad, presento a los responsables de la iglesia una deuda de casi tres millones de euros, por el consumo de los últimos 15 años. Ahora los greco-ortodoxos le prohibieron el acceso a los representantes de la compañía del agua y amenazan con cerrar el sepulcro, que es visitado por tres mil personas diarias y en Semana Santa por más de 20.000 fieles. Así están las cosas, además de todos los otros problemas entre la Franja de Gaza y Palestina. Resulta que el lugar donde murió supuestamente el hombre más importante de todos los tiempos, no tiene agua para descargar toilettes y urinarios. Porque no pagan. Los cristianos del mundo podrían ver las puertas de tan importante iglesia cerrada con un cartel que diga: cerrada por no pagar el agua. Todo cuesta y todo se paga. La fe se paga. La historia se paga. El morbo se paga. Y si la caca se acumula, no hay iglesia ni fe que la aguante. Pero para todo hay una solución. De alguna manera se resolverá. Volverá a correr el líquido por las tuberías y la fe, otra vez ganara la partida. Y así seguirá todo. Y las bombas seguirán, y los disparos seguirán y los muertos seguirán. Pero tengamos fe. Que corra por las venas, como el añorado líquido. Pero antes,  paguemos, por favor, ¿si?


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