Saturday, October 27, 2012

Pantalla eclectica



Cuando veo una película donde el tema principal es la lucha del bien contra el mal, casi siempre los personajes macabros, con inteligencia para la maldad y la ironía, son los que más me gustan. Me aburren hasta el cansancio esos héroes que pasan toda su vida brincando, peleando y persiguiendo a la malignidad en nombre de la humanidad. No soporto a Batman, con su traje perfecto y esa ecuanimidad a prueba de golpes. Yo prefiero a Jocker, inteligente, cínico, cobarde, irónico. Siempre dispuesto al mal. Si Batman no me gusta, menos soporto a Robin, con su indumentaria de colores, que a mí me produce risa. Vuela raudo Superman a defender una ciudad entera que está en peligro de desaparecer. Que aburrido. Prefiero a su archienemigo que quiere joderlo siempre. Spiderman: no sé ni que pensar de él. Todos los que lo atacan son más trágicos, menos llorones. Dice mi mujer que como puedo tolerar ese tipo de películas, después de ver 8 1/2 o Desierto rojo, o Volver, de Almodóvar. Así es, si estoy pasando de canal en canal y están poniendo Kill Bill, no importa las veces que la vi antes, la vuelvo a ver. Nataly, en una de esas noches donde me quedo hasta tarde, dueño del control remoto, viene y en un susurro me dice: Apo, ¿vamos a ver una película mala? Y arropados con la manta del sofá, buscamos la más sanguinaria, la de pasillos interminables, la que la música  te congela  y una mano con un puñal siempre al acecho, te está esperando;  para juntos abrazarnos de miedo y risas. Rosy huye despavorida para no ver nada y tengo que pagarle soportando  con ella la colección interminable de Barbies, con sus caballitos, sus vestidos y esas vocecitas azucaradas que son su locura, o I Carly, con los muchachos gritando todo el tiempo. Pero la más cruel de todas es Gianna, que me espera cuando llego del trabajo para que vea con ella los programas de Caillou, Doc McStuffins y mil cartoons más. Creo que mis gustos eclécticos por la pantalla tienen  profundas raíces de paciencia. Paciencia y  cariño.


Break time



Hoy no tengo el periódico. Me siento y miro hacia delante y descubro cosas que siempre estuvieron allí. Feísmo, leí una vez. El afiche de la mulata vestida de pirata: pick up a pirate! dice, mientras ella me mira empuñando una botella y con sus labios creo que me dice: de este vino no beberás  y lo repite: de este vino no beberás. El almanaque agarrado con scotch tape. Esa rubia también me mira. Empina las tetas y aguanta la respiración. Mira, me dice. Miro. Veo todo. Imagino todo. Esta acostada en la arena. El mar es azul. Mira, repite. El mar es azul y es dorado. Se va moviendo. Las olas llegan y no la tocan. Mira, susurra. ¡Oh, el mar!  pienso.  Las olas tienen un sonido,  prrrrfchplaff.... escucho atento, plaff. Alrededor mío el polvo, los utensilios para mi trabajo, la toronja picada, el sobrecito con azúcar de dieta. Esta no da cáncer, los otros sí. Yogurt de blueberry. Que mierda. El text message, reviso Facebook, nada veo que no sea la incomunicación habitual y la misma bobería. Pienso que en alguna parte alguien no está bien, que otros ríen y otros entran al Zoológico, esperan en la  consulta de un medico, otros viven en el terror. Recuerdo las ruinas de Chichen-Itzá. El silencio. Las columnas y las piedras alrededor del cenote. Pero sobre todo el silencio. Llaman a alguien a la oficina por los speakers. Salgo un poco de mi letargo. Que rápido pasa el tiempo del break. Ya no están las ruinas ni el silencio y el mar no es ni azul ni es nada, y no suenan las olas allá en la barranca, ni hacen plaff, nada.  Vuelve a tronar la música terrible en cada radio.  Truena y entra y raspa y maltrata. Los ruidos. El no silencio, el no espacio, el no mar, el no color. Me levanto.  Tengo que seguir, para eso me pagan.


El mar



Para Huidobro el mar
para mí su infinita
terrible belleza
y terrible hijo de puta
donde he podido
sentir que algo
vale la pena.
Mar de versos ridículos
y de barcos
y de olas también
cabron que guardas
huesos y esperanzas
recuerdos y cuerpos
desnudos, erotizados.
Mar que es frontera
es límite
distancia peligrosa
atrayente.
Que envuelves
a las ciudades
donde he vivido
o sea,
donde me pierdo
siempre.
Oscuro, verde
a veces, rojo
según mi neura
mi estupidez diaria
o tal vez
depende
si estas
y te veo
o te olvido.


Sunday, October 21, 2012

Otra cerveza



Como terminé  de arreglar el patio, botar cosas innecesarias, acumuladas en el tiempo, me siento en la mecedora, destapo la cerveza y miro alrededor mío. ¡Estoy solo!  Lo vuelvo a repetir, ¡estoy solo!, nadie me pide algo, ninguna niña ha venido a decirme que tiene hambre, Jonathan, como siempre no para de jugar con el Xbox 360, cortando cabezas, disparando, corriendo en su guerra personal,  y mi mujer no sé donde está. No escucho la música de los vecinos, ni gritos y hasta la temperatura es agradable. ¿Sera verdad todo esto? ¿Estaré soñando que sueño? Realmente a veces pasan estas cosas. Cierro los ojos para disfrutar más el sabor de la bebida. Que rico. Entonces, como siempre, cuando no es Juana es su hermana, me asalta el Marquito quejón, el que se pregunta todo, el que de aburrido se aburre a sí mismo  y la cabeza comienza a dar vueltas. Y surgen las preguntas. Me pregunto si realmente vale la pena tener, escribir, cuidar un blog. Me respondo que para nada. En lo absoluto. Vale la pena comer carne de puerco, tomar cervezas heladas, tostones crujientes. Vale la pena un cuerpo desnudo, buscando y entregando placer. Dormir, ver buen cine. ¿Pero escribir en un blog? ¿Tratar temas diferentes, buscar una foto, abrirte y decirlo, o sea, perder el tiempo? No tiene ningún sentido. ¿Que es en realidad lo que tiene sentido? Creo que únicamente lo que por un instante te importe. Y si lo que en ese instante te importo, crees que se trasmite a otros, estás perdido. Si te importa algo  escríbelo, déjalo ahí, corrígelo, que quede lo mejor posible. Eso es lo que importa. Todo lo demás, serán consecuencias. Sera tu tiempo, una de tus personales formas de comer mierda. Y la cabeza sigue y sigue y yo dale que dale a la mecedora con los ojos cerrados. Otra cerveza. Este es el tiempo que me gusta. La temperatura va cambiando y es agradable estar afuera, sin el aire acondicionado,  sin hacer nada. La vida, de todas formas, vale la pena de ser vivida. Otra cerveza.



Elefantes



Uno de los recuerdos más vividos que me quedan de los paseos al Zoológico de La Habana,  es el de la elefante que vivía sola en un terreno rodeado de un muro de piedras. Recuerdo cómo se balanceaba en una especie de danza triste y la cadena que aprisionaba una de sus patas traseras. No puedo asegurar qué  ponía en su trompa cuando ella la sacaba por encima del muro, esperando algo que con miedo y asombro yo le daba, recibiendo el aire caliente y húmedo que salía por su enorme nariz. Pienso en la soledad de aquel pobre animal tan imponente y a la vez aparentemente dulce, porque el conocimiento muchas veces viene acompañado de penas. Los elefantes pueden llegar a los 70 años de vida, y viven en manadas. Sobre todo las hembras, que se encargan entre todas del cuidado de los recién nacidos y los más pequeños. La gestación es de un año y solo tienen una cría a la vez. Las hembras pasan toda su vida regidas por estrictas normas familiares. Los machos no. Estos son echados del grupo en cuanto son jóvenes adultos, y comienzan con los irrefrenables instintos sexuales. Entonces empieza para ellos la peregrinación en solitario. En algunos casos se juntan con otros en la misma situación y forman "pandillas" que atacan a otras manadas en busca de hembras en celo y hacen  daño sin sentido alguno. Esto también crea terrible peleas que a veces resultan en graves heridas y hasta en la muerte. Poseen una memoria muy sofisticada, a tal grado que pueden recordar un lugar por el que pasaron veinte años atrás y a más de doscientos miembros, aunque ya no vivan en la manada. Las madres, tías y abuelas son amorosas con sus crías, dándoles caricias, comunicándose por sonidos, juegos y roces. Tienen una extraña sensibilidad ante la muerte. Cuando muere uno del grupo, tratan de levantarlo entre varios y cuidan de su cuerpo por días enteros, defendiéndolo de los ataques de los carroñeros. En algunas ocasiones, "sepultan" el cuerpo, cubriéndolo de hojarasca, palos y tierra. Se han observado cómo algunas madres tratan de acarrear al bebé  muerto, mientras la manada espera y la acompaña. Cuando se encuentran con huesos de sus congéneres, los acarician con las trompas, los mueven de lugar, haciendo sonidos y rodeándolos en una especie de ritual.  Su mayor peligro, aparte de la sequía, es el hombre, que los caza para convertirlos en objetos de adornos, muy valorados en el mercado. Existen dos tipos de elefantes: el africano, con las orejas más grandes y colmillos en ambos sexos, y el asiático, de orejas menores y colmillos solo en los machos. Por todo esto, después de tanto tiempo, no puedo dejar de pensar en la solitaria elefante del zoológico habanero, encadenada a la espera de que alguien le ponga algo en su trompa, por años y años, danzando triste, rodeada de un muro de piedras.


Saturday, October 20, 2012

Newsweek digital



La revista Newsweek va a cerrar su edición de papel para este fin de año y quedara solo  la versión digital. Otro icono que desaparece. La vida se acelera cada vez más. No hay de otra. Esta es la que nos toco vivir. Leí en un blog que acostumbro seguir, hablando sobre este mismo tema, que las paredes de las cuevas y las piedras quedaron vacías cuando se invento el pergamino. Así es. Qué bueno. ¡Que revolución trajo la imprenta! Imaginemos por un minuto, llorar por el cincel y el martillo o por un pedazo de carbón para poder expresar lo que queremos. El progreso es adelanto y es perdida. Todavía existen los libros de papel. Hay que aprovechar hoy la insondable maravilla de regresar a un libro leído hace ya muchos años y tomarlo con las manos, hojearlo, olerlo. Pero todo pasa y eso será en un futuro cosa del recuerdo. Me parece bien. No soy de los que critican todo lo nuevo para mantener una cadena con candados en el pasado. Disfruto muchísimo  poder leer La Ilíada en mi tableta electrónica. Me maravilla la pequeñísima acción de mi  dedo sobre la pantalla al encontrarme con la página que deje ayer. Esta revolución electrónica no va a desmerecer nada que se haga bien. Siempre se han editado bodrios de la literatura y no por eso el papel fue peor que el papiro. Si ahora mismo estoy escribiendo esto es por algo que hace, no sé, 10 años atrás o menos no podía ni soñar. Con mi propio teléfono escribo, busco información; algo impensado en la época del beeper, ese aparatico de museo que tanto ayudo. Mis nietas no conocen un teléfono público, aquellas cajas en las calles que formaban el paisaje de toda ciudad. Su paisaje es otro. Así es el progreso, ir hacia adelante y dejar como cosas inservibles o caducas lo que fue reemplazado. Newsweek se queda solo con la edición digital, bien. Los del dinero sabrán. Yo seguiré pasando páginas con el dedo sobre la pantalla y alguna que otra vez desempolvare los libros a los que regreso, con ese sentimiento único, indescriptible.


Escuela al campo


De pronto me encuentro en Facebook una foto de cuatro muchachos   en la escuela al campo, caminando por lo que parece ser una guardarraya de un campo cubano. Aunque están de  espalda, el mensaje de la fotografía (bonita, realmente) es certero. Hay una camaradería, una felicidad joven y pujante en esos muchachos que caminan. Hasta ahí todo bien. De cualquier forma, una foto es una foto, es una foto. Pero, y de eso es lo que quiero hablar, leí varios comentarios, sin nombrar los cientos de like's que tenia. Me asombro mucho que todos los que comentaban, hombres y mujeres que calculando el tiempo deben de tener cerca de 50 años o más, escribían apologías a esa época. Hablaban de las enseñanzas que nos trajeron  esas experiencias y algunos hasta aseguraban que sin haber pasado por esa maravillosa etapa no hubiéramos sido  lo que somos ahora. No sé muy bien lo que ellos son,  pero  tengo otra idea al respecto. Me asombra ver como los humanos olvidamos y transformamos las ideas según el tiempo presente. Pienso que haber pasado por aquello, que obligaba, nos volvía una maza sin ideas, desplegando consignas ridículas, enervando el sentido de la tribu, no tuvo nada de lo que esas personas decían. Yo hubiera querido nacer en Liverpool, por ejemplo, y que el entorno donde me hubiera criado no estuviera regido por dogmas impuestos. Que hubiera sido una decisión mía usar o apartarme de las drogas. Que nadie impusiera o prohibiera mi pelo largo o corto. Gritar y lanzar piedras contra la policía si eso era necesario.   Vivir en una sociedad donde puedes hundirte si así lo decides. Donde soñar con un país diferente no fuera más que unas vacaciones planificadas. Crecer rodeado de la época real que me toco, no un escenario creado y falso. No creo que la escuela al campo fuera de gran ayuda. Mas ayuda fueron The Beatles and The Rolling Stones.

Saturday, October 13, 2012

Dunia, Karima, Zulema



Dunia se levanta diariamente a las seis de la mañana. En la cocina prepara el desayuno para sus cinco hermanos. Los viste, los lleva al colegio. Dunia regresa. Lava, cocina, atiende a su madre, cumple con los pedidos de su padre, acude rauda al primer grito. Dunia no levanta la cabeza ante ellos. Dunia sabe. Tiene 13 años. Dunia no sabe ni leer ni escribir.
Karima no tiene casa. Vive desde los 6 años en la calle. Salió de la casa huyendo de los abusos de su tío. Karima no tiene padre ni madre. Tiene 21 años y tres hijos. Karima no sabe quién es el padre de sus hijos. Ha  peleado y la han golpeado. Karima ha golpeado  defendiendo a sus hijos. Tiene marcas en los brazos, en la cara, en la espalda. Fue violada por primera vez a los 8 años. No fue la única vez. Karima no sabe ni leer ni escribir.
Zulema espera por el hombre que pidió la mano a sus padres. La madre de Zulema la saco de la escuela. Cuenta que la maestra le llamaba fea, bruta. Zulema nunca vio la cara de su maestra. Solo escucho cuando la nombraba fea y miraba la burka que cubría sus labios, su cara, su pelo. Zulema vive en el  depauperado barrio que está cerca del viejo cementerio judío de la ciudad. Zulema conoce la ablación. Su abuela y su madre mutilaron su cuerpo en un amanecer caliente como la navaja. Esta lista para el matrimonio. Tiene 12 años. Zulema no sabe escribir y se le está olvidando leer.
Dunia, Karima y Zulema, viven en diferentes barrios de la ciudad de El Cairo, en la Republica Árabe de Egipto. Está situada en el extremo norte de África y la mayor parte de su territorio la integra el desierto de Sahara. Es famosa por su antigua civilización, sus monumentos, las pirámides y la esfinge.


Cuatro



Desperté con deseos
de escribir
tenía el tiempo
abrí la laptop y escribí:
mierda
patria
chocolate.
Mire esas tres
palabras y las deje ahí.
Si escribo un poema
con ellas
si juego con ellas
alguien le va
a encontrar un significado
un plagio
una idea oculta
filosofía.
Pero yo leo y dicen:
mierda patria chocolate.






Tres


Aquel día llegaste
con tu carro viejo y tus tenis incansables
y comimos carne y un vino
tú con tus brazaletes de colores
y tu nariz y tus dientes
vimos La ley del deseo
te leí varios capítulos de mi novela
despues hicimos el amor.
¿Por qué no corriste?
no saliste huyendo, no pusiste una excusa
no desapareciste.
Porque yo, te lo confieso
si alguien hoy me invita
me lee una novela horrible y pone
una película de Almodóvar:
corro, no miro hacia atrás.
Tú te quedaste
resististe el viento
y otros vientos
te doblaste para no quebrarte
a veces fue la calma
otras aun peor
quedabas desecha
gritando
hiriéndote
tratando
aferrándote.
Hoy te miro
no te digo nada
solo recuerdo el viento
solo recuerdo el miedo
solo recuerdo tus manos, agarrando.


Dos



De pronto
tantos acontecimientos
juntos que marean.
Por algunas
cosas se puede regresar
mirar,
quedarse allí
tratar inútilmente
de controlar tú pecho
tus neuronas
aun tu mirada.
Sabes que eres fatalista
hasta el cansancio
torpemente
ingenuamente
te justificas
después sigues andando.
Observas
hueles
recuerdas
peleas
usas tus antiguas injusticias
golpeas a quien te acaricia
y lo peor
después te refugias
donde no llegas
murmuras
blasfemas contra ti
sobre todo
contra ti.
Mira, convencete
alrededor
tuyo toma su rumbo
lo que no pueden
amoldar tus manos
y no pasa nada.
En las mañanas de los
sábados
abres las cortinas
y entra la luz
después tomas el café.
Eso es lo que sucede
no le des mas vuelta
es inútil llevarlo a otro plano
es así solamente:
el café las cortinas, y ya.


Uno

                                               
                                                           
Llega el instante
supongamos
no te preocupes mucho
ni por ti
ni por los otros
no te calientes la frente
ideando cosas que solo en ti habitan
porque, mira
te lo digo bien claro
y sin poesía:
solo es histeria colectiva
solo es costumbre y payasada
solo es moda y apasionamiento.
Después pasa
y quedaras tú con las tuyas
o sea
con tu payasada personal
con tu rabia personal
con tu miedo personal
con tu miseria vivida.
No sientas ni una sola aprensión
si quieres comer croquetas
come croquetas
si todavía pasa una mujer
y te deja un perfume
que te recuerda aquellos muslos
en tu cara,
si puedes mastúrbate
si no
rememórala
y déjala seguir
¿que mas puedes hacer?
escribe toda la porquería que se te ocurra
como si solo,
gritaras como un loco
de todas formas
nadie escucha nada.
Besa a tus hijos
a tus nietos
a tu mujer cuando
pare de hablar
y déjalos a todos tranquilos
que se jodan.
Obsérvalos desde lejos
en su inexorable carrera
contra los muros erigidos
y después ve
rescata a alguno
a otros no
a esos déjalos
inmersos en la marisma
de su incongruencia
y si quieres
si eso te consuela
canta una nana
muy bajito
que ni tu escuches
y date la vuelta rápido
y camina
y no voltees
no mires.
Puede que tengas
hasta la suerte
de tener una suegra
que te corrige
los poemas
y si esta la lluvia mojándote
¡coño!
no cierres la ventana
deja que te moje
y te incomode
deja que te agarre el catarro
la fiebre
¡que se yo!
y transfórmate en un bobo enfermo
toma la sopa caliente
que te toquen la frente
reconoce las manos
siente bien cuando te miman
cierra los ojos
y flota.
Porque de todas formas
no podrás librarte
de lo que ya
establecieron para ti.

                                                       


Delfines


La idea de que Flipper es un encantador pez, lleno de ternura, es una falacia total. Los delfines, como todas las especies, pueden tener una crueldad infinita. Son  maquinas depredadoras perfectas y si no atacan al hombre, es porque sus mandíbulas no están preparadas para ello. Tienen más ventajas que el tiburón, porque son los animales acuáticos más inteligentes, capaces de crear estrategias de caza, comportamientos y crueldades. El tiburón, por ejemplo, es una maquinaria bruta, destructiva. Ataca en solitario, aunque este en grupo, porque no tiene la capacidad de "trabajar" en unidad. El delfín si. Con diferentes tipos de sonidos y saltos, se comunica con otros semejantes aunque estén a millas de distancia. Son sexuales, violadores, gangueros, abusadores. En algunas ocasiones, varios machos atacan sexualmente a una hembra escogida, por días enteros hasta provocarle a veces la muerte. Y esto no tiene nada que ver con el sentido de reproducción, lo hacen por placer. En grupos pueden morder y hacerle todo el daño posible a un ejemplar joven y matarlo. ¿Por qué? No se sabe. Las hembras copulan con varios machos a la vez y se ha demostrado que algunas han sido "secuestradas" por una pareja de varones  y convertidas en esclavas sexuales. Estos machos, se turnan en la vigilancia de la hembra, para que no escape ni se relacione con otros. Este comportamiento puede durar meses, hasta que la dejan libre. El tiempo de embarazo es de un año y después la madre cuida del retoño por seis años más. En todo ese tiempo rechaza sexualmente a los machos, que sin importarles nada, viven acosándola en manadas. En algunas ocasiones matan al hijo para que ella vuelva a ser receptiva sexualmente. Cuando encuentran un banco de peces, lo rodean en grupos, produciendo unas burbujas gigantescas alrededor de ellos, para mantenerlos unidos. Se turnan para ir a comer, mientras unos se alimentan, los otros continúan haciendo su trabajo de "pastoreo". Sus mayores enemigos son las orcas, que irónicamente, son familias. Estos ejemplares, mayores en tamaño y poder destructivos, los atacan en manadas, haciendo de ellos su mejor manjar. En las  orcas, como los leones, las que cazan son las hembras, que después llevan su trofeo a los machos. Bueno, ya lo sé; a partir de ahora, cuando lleve a mis nietas al Miami Seaquarium y vea a esos bichos saltando y haciendo payasadas y a los miles de espectadores aplaudiendo cada monería, sonreiré con disimulo y pensare: pa' su madre!!



Saturday, October 6, 2012

Poema de mi nieta

                                          Este poema lo escribio mi nieta, Nataly.


 BIO- POEM

Four traits that describe me are nice, funny, crazy, hyper

Sibling of Jonathan and Rosy

Loves to be with her amazing friends, her nice family, to be a succesful student

Who feels happy to have a family, proud to be a nice friend, amazed of all people who love her

Who needs to be neat all the time, to be loved by her friends and family, to study for all tests

Who gives happiness to all the people, money to the poor, love to all the kind people she knows

Who fears of ugly little bugs, of being on stage with a big crowd in front, of all bad things in life

Who would like to see the Eiffel Tower in Paris, New York, and all her family in Cuba




Bukowski en la casa

                                                            foto: mariana agüero
                                       

Si destapo la botella de vino que queda en la despensa
podría cantarte como una mujer
una canción de Chico Buarque.
Podría tratar de decirte cosas antiguas como antes
aunque las niñas suban y bajen las escaleras y jodan
y pidan cosas constantemente.
Y leerte un poema
porque hoy un poema
puede llegar para instalarse entre la computadora y tú
y yo.
Con esa copa te diría, por ejemplo,
que un día vi una cueva y un bote inservible y viejo
vestido de musgo
y que de ese recuerdo me queda el olor a cigarros de sus manos.
Y mirar por la puerta de cristal, la cerca nueva que nos defiende
de los vecinos
y decirte que va a llover dentro de poco tiempo.
Y te escucho recitar los poemas de Bukowski y te miro
y te recuerdo.
Porque la casa está muy fría
y ponemos en la cocina una carne,
unos platanitos maduros y después el arroz.
Que rico tu arroz, te digo
Lo sé, respondes, y sonrío.
Y busco a otros poetas y leo y algunos me hacen sentir un hastío
un cansancio.
Y otros me dan deseos de escribir y copiarlos.
El vino sabe a frutas
a recuerdos sabe y a deseos.
Y me callo
y tú me dices que Duda tiene una pata coja.

Adios Yvonne

                                       
Porque la muerte siempre nos sorprende y nos deja perplejos ante la vida que tenemos, fuimos al hospital. La familia merma y me encuentro con varios niños. Juegan, preguntan, se les dice que no griten. Crecen, se renueva la vida. Yvonne esta allí. ¿Está? Creo que estamos nosotros junto a ella, tan sola. Miro su cara. Ahora la reconozco. Esa nariz que por años no había visto, muy de los Calvo.  Su piel blanca. Y que solitaria la muerte. El sonido monótono de las maquinas interrumpe los pequeños espacios de silencio. Hablamos de la lluvia, de los hijos que no vinieron, justificamos a los vivos. Miro a las mujeres que hablan entre ellas. Solo mujeres. Familia de mujeres fuertes y peleonas. Voy a la máquina de café. Sale un agua de color río y lo tomo. Me aparto y respiro. Hago planes. Recuerdo algo por hacer. Alguien me explica cosas de  unos papeles que se tienen que firmar. Es para estar preparado, dice. Contesto que sí,  pero no entiendo mucho. Las voy mirando a todas. Rasgos en sus rostros, actitudes similares. Estoy cansado. Vuelvo a observar su cara. Esa será después su imagen. Nos vamos. Aguanto la puerta del elevador para que entremos todos. ¿Nos resistirá?, bromea alguien. Adiós Yvonne, pienso. Afuera, las luces se reflejan en los charcos que la lluvia dejó.