En cada movimiento, o actitud humana,
hay una historia detrás. No sé si siempre observe detenidamente a las personas,
pero ahora lo hago conscientemente. Se puede evaluar a la gente por sus
actitudes. Las más simples hablan. No diría nada nuevo si afirmo que toda
persona es diferente, sin temor a equivocarme, una frase, una mirada, un
movimiento del cuerpo, una expresión del rostro, pueden dibujarme a grandes
rasgos el mapa de la vida de alguien. Todas las madrugadas, en la estación de
tren donde me bajo, también lo hacen dos personas para mí, peculiares.
Son una madre y su hija. Mujer muy joven, diría unos 24 años y la niña
unos 6. Parecen una copia pero de diferentes tiempos. Las veo bajarse del tren
y caminar casi corriendo para alcanzar el bus que tiene la parada a dos cuadras
de la estación. Tienen una camaradería que se siente. Yo pienso que la madre
esta consiente del esfuerzo que será para la pequeña estar de pie a esa hora de
la madrugada y suplanta el sacrificio con actitudes hacia la niña que la
alegren de alguna manera. Camina a su lado y le hala con cuidado una de las
trenzas adornadas con diminutos anillos de colores; con la cadera se
golpean y ríen, a veces dan cortas carreras, se dan nalgadas, etc. Y así van
cada día, o noche, porque a esa hora falta bastante para que salga el sol.
Entonces, diariamente, cuando miro a esas dos mujeres, automáticamente
vuelo, aterrizo, choco con otros recuerdos que no son nada gratos para mí.
Tengo varias anécdotas, que si las contara todas no habría post que las
resista. Pero de eso no voy a hablar aquí. Aunque no puedo evitar las
comparaciones, como ya lo dije antes: cada persona es diferente.
Bueno Marco. Me gusta indagar en ese mapa de la vida de los individuos. Me encantan las nalgadas, palabra no utilizada aquí.
ReplyDeleteGracias Ximo por leer el blog.
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