Carson McCullers comienza una de sus excelentes novelas con esta frase: La muerte siempre es la misma, pero cada hombre muere a su manera.
Cuando la leí por primera vez, era muy joven y esas palabras quedaron para siempre en mi memoria. La muerte en aquella época la veía como algo mas bien romántico, no la sentía como el final de todo, sino como un mensaje, una manera de demostrar algo (hoy no sé bien que se podría demostrar). Realmente esa cita era un sello íntimo para mí, casi como una esperanza (tonta, como toda esperanza).
Trabajar en una labor mecánica, donde
no tienes que usar mucho tu cerebro, tiene sus ventajas y una de ellas es echar
a andar la imaginación (comer mierda, diría Mariana). Bien, hoy, después de
años de lecturas, días vividos y el cuerpo que se me rebela, que me protesta,
que pelea con mi mente y mis deseos, llego otra vez la frasecita. Cada
hombre... mierda, mentira, Carson, mentira. Cada hombre no es más que sus
circunstancias. Solo eso. Vives queriendo algo, pero eso no lo pensabas de
igual manera 10 años atrás y allí, en ese momento, comenzaste a joderla, o
viceversa. Se necesitan una serie de cosas para vivir (ya no digamos morir)
" a su manera". Los deseos van por un lado y la vida con el mazo
pegándote por otra. Nada es a la manera que uno quisiera. Transcurrimos por
nuestro tiempo como un guiñol; personajes golpeados, vapuleados por
circunstancias ajenas a nosotros mismos. Algunos llaman a eso destino. Yo lo
llamo la vida simple y plana. No vivimos ni morimos a nuestra manera. Somos
parte del guiñol. Somos únicamente nuestras circunstancias.
Quisiera poder decirle a la McCullers:
ya no tengo maneras, solo desearía, cuando llegue mi momento, llegar a él con
la mayor calma posible, con el menor terror.
De esa manera.
Me gusta la forma como usas la frase de la novela para crear tu idea sobre la muerte. M.
ReplyDeleteGracias por entrar.
ReplyDeletemm