Saturday, September 1, 2012

La balsa




El ultimo jueves del mes de Junio, Mario Rodriguez, desde el muelle de  Key Biscayne Yacht Club, avisto una rudimentaria balsa, solitaria y a la deriva que hacia peligrar con algun posible razguño, a los  lujosos yates anclados y amparados en el exclusivo club nautico. Un motor ruso de cuatro cilindros, vinilo azul, espuma de goma, varios agujeros de balas y pañales sucios, era lo que quedaba de la rustica embarcacion de 19 pies. Nadie en ella. No fue noticia. Es algo comun que pasa aqui en la Florida, destino de los cubanos que tratan de llegar a sus costas. Nada nuevo en el candelero.  Si no fuera porque Harry Gottlieb, el consultor de medios de comunicacion contratado por el club, quiere sacarle partido a lo que el considera "un tesoro especial" y busca patrocinadores para exhibirla, no hubiera salido en el periodico la reseña dos meses despues. Harry no va a encontrar a nadie que le interese una balsa mas. No hubo  investigacion, no se envio un helicoptero de la guardia costera a rastrear el mar, una minima busqueda para saber algo de sus ocupantes, ni siquiera quisieron saber quien cago en el pañal abandonado.  Dentro de poco tiempo, la destartalada balsa estorbara y sera una mancha fea en el club. Esta cerca del mar.  Como aferrandose a la ultima esperanza. Su destino sera inalterable: el de una balsa  solitaria y a la deriva.

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