Saturday, September 29, 2012

¿Casado o soltero?

                                                 dibujo: rosy martinez 

En este siglo que vivimos, nadie mínimamente civilizado puede creer que los rayos son enviados por un dios colérico o que un terremoto es un castigo a un pueblo que no siguió algún mandato divino o que un tsunami fuera la furia de Poseidón contra diminutos e insignificantes hombres. Hoy conocemos cómo funciona el Universo, las enfermedades, cómo combatirlas, tenemos una red de comunicaciones a todo nivel, mandamos naves a Marte, a la Luna, nos transportamos a velocidades que no podían ser imaginadas un siglo atrás, hay hombres viviendo en el espacio, nos sumergimos en los océanos más profundos y cada uno de esos intentos solo nos han dejado el insondable conocimiento de la soledad en que vivimos. Todo eso forma parte de nuestro diario vivir, es nuestro sistema de vida, es lo común de nuestro día a día. Entonces, la señora Karen King, historiadora de la Harvard Divinity School, muestra al mundo un papiro, que parece fue hecho en el siglo IV, escrito en copto, traducido del griego en el siglo II, que contiene una línea que dice: Jesús les dijo: mi esposa.... Esa frase encendió la polémica en el mundo. O sea, que todavía hoy, con todo lo que sabemos, que Jesús fuera o no un hombre que disfrutó de una mujer, levanta actitudes, se discute, se niega, se afirma.  Hoy eso continúa siendo importante.  La idea de un ser divino que vivió entre nosotros, murió y resucitó, es creída al pie de la letra. Sabemos cómo se transmite el sonido, se usan las computadoras para infinidades de objetivos y creemos en la serpiente del Paraíso y Mamá Eva instando a Papá Adán a morder la fruta prohibida. Creer en las escrituras sagradas es como darle a Julio Verne (por decir alguno) categoría extraterrenal. Que uno o un grupo de hombres haya escrito un libro en una época, contando cosas de su tiempo y por supuesto, usando la imaginación que los escritores tienen, no significa más que una historia contada, arreglada, por el capricho y la intención de quien la escribe. Jesucristo fue un hombre adelantado a su época, con ideas sociales que nadie antes había manifestado y mucho menos transmitido. Y por ser un revolucionario de su tiempo, por romper con cánones, ideas absurdas y tratar de cambiar el sistema establecido, murió asesinado por la brutalidad, el poder y la ignorancia.  Todo lo demás son leyendas utilizadas de diferentes formas, cada una apoyada en algo que es inevitable: la época en que fueron contadas. Si fue casado o no, ¿cuál sería la diferencia? ¿Cómo podemos vivir todavía siguiendo ideas, conceptos, de tiempos inmemoriales? Si Jesús tuvo una esposa, supo lo que es cajita de dulce guayaba; si no la tuvo, de verdad que el hombre era un visionario, no me cabe la menor duda.
 

1 comment:

  1. Bueno Marco, te diré que estoy de acuerdo en todo lo que dices. También hoy día, que persiste aún en muchos individuos el concepto del racismo creyéndose los hombres blancos superiores a los negros, se sabe que si Dios existió e hizo a Adán a su imagen y semejanza, Dios tuvo que ser negro, pues está más que verificado y comprobado científicamente que los primeros hombres eran negros salidos de África. Y también quería señalarte Marco que nosotros pensamos en un Dios que existió o no en el pasado, pero la cuestión estriba que en que los creyentes de religiones evangélicas o Protestantes consideran que Dios existe en el presente y actúa directamente sobre cada individuo y sobre todo en la Tierra modificando las cosas según su divina voluntad. Y por supuesto, tienen como presentes actualmente no solo a Dios sino también al Diablo, que es el que impulsa a la gente a los conceptos científicos para alejarlos de Dios. He visto que actualmente hay una diferencia acentuada entre los Católicos y los Protestantes. Los Católicos hicieron su nueva Biblia en la que hablan sobre el Big Bang, la teoría de la Evolución de las especies, las leyendas narradas en el Antiguo Testamento, y que Dios creó a Adán y Eva y los dejó en la Tierra a su libre albedrío, y los Protestantes, que no han actualizado la suya, y siguen enfatizando más que antes al pie de la letra todo lo escrito en ella.

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